El papa Francisco se sometió este jueves a controles de salud en un hospital de Roma como parte de los estudios por una gripe que arrastra desde el sábado y que lo obligó a cancelar audiencias y reducir su participación en la Audiencia General de este miércoles.
El pontífice, de 87 años, llegó al hospital Gemelli del centro de Roma alrededor de las 11 horas local (7 de Argentina) para una serie de análisis por la gripe, por lo que estuvo cerca de una hora en el centro médico de la Isla Tiberina del barrio Trastevere, informaron a Télam fuentes vaticanas.
“Todavía estoy un poco resfriado, por eso le pedí a monseñor Ciampanelli que lea la catequesis”, planteó el pontífice durante el encuentro con los fieles de este miércoles, al anunciar que sería un oficial de la secretaría de Estado el encargado de la lectura del texto semanal.
Francisco, de todos modos, pudo leer los saludos finales y luego del encuentro de cerca de una hora de duración saludó a obispos y cardenales presentes en el Aula Pablo VI, un espacio techado del Vaticano donde se hizo la Audiencia para proteger la salud del pontífice.
El Papa había cancelado su agenda “por precaución” el sábado y el lunes a causa de una “leve gripe”, según informó entonces el Vaticano.
El domingo, Francisco rezó de todos modos el Ángelus desde el Vaticano.